La pandemia del COVID-19 obligó a atender en forma muy rápida un desafío frente al cual no teníamos como sociedad, una solución inmediata. Usualmente en este tipo de soluciones están involucrados los pilares de la Infraestructura de la Calidad (IC), normalización, metrología y acreditación, que conforman un sistema, con los roles que adelante se desarrollar, y contribuyen a los objetivos de política del gobierno en áreas como el desarrollo industrial, la competitividad comercial en los mercados globales, el uso eficiente de los recursos naturales y humanos, la seguridad alimentaria, la salud, el medio ambiente y el cambio climático. Si bien conocemos la IC como un determinante de la confianza en la construcción de soluciones desde hace un par de décadas, aún hay mucho por aprender. Dentro de los retos está entender su papel, reconocer su institucionalidad nacional e internacional, equilibrar la capacidad de reacción frente a los costos de implementarla y, por supuesto, generar confianza en su capacidad de reacción.
En esta noticia utilizamos el análisis comparado de tres países para entender cómo la IC, en particular en materia de metrología, permite desarrollar respuestas en un mercado regulado. Así mismo, se explican algunos retos alrededor de los arreglos institucionales, la mejora de la competitividad y de la innovación, así como la reducción de barreras del mercado para mejorar la eficacia en la repuesta ante una eventual pandemia.